jueves, 26 de junio de 2014

APUNTES PARA UN ESTADO PLURINACIONAL

Mucho se ha hablado y escrito respecto a la existencia de las “dos Bolivias”: la indígena, primitiva, subdesarrollada y pobre asentada en el Occidente y la otra moderna, mestiza, industrial y floreciente en el Oriente. Esta percepción debe ser transformada, considero que lo más importante en este momento es buscar la consolidación de una sola Bolivia, aquella que logre estar unida frente a posiciones extremistas.

Hace una década atrás, Bolivia era el país sudamericano más empobrecido de la región. Sus vecinos cercanos y lejanos la miraban con descrédito. Como si se tratase de un “pueblo enfermo”, estudiaban las medidas a tomar para que el síndrome boliviano no se propagase como pandemia en el Continente.

En los últimos años, se ha devuelto la dignidad al pueblo boliviano, no sólo nacionalizando los hidrocarburos y recuperando las empresas públicas privatizadas, sino redistribuyendo en la población los excedentes económicos generados y recaudados por el Estado, ampliando y dinamizando la economía interna. Como nunca antes en su historia, Bolivia no sólo goza de una ejemplar solvencia económica, sino que transitó hacia una saludable democracia participativa.

Para acrecentar este espíritu progresista, nuestro país debe emprender una profunda revolución educativa que sea implementada con la conciencia social del pueblo y con una irrefrenable voluntad política para que Bolivia se proyecte con mayor fuerza al desarrollo.


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